Modificar hábitos para controlar gastos es un pilar fundamental de las finanzas personales.
La actitud más común cuando una persona recibe su mensualidad es ir corriendo detrás de esa campera de moda, de ese par de zapatos, de esa TV de 60 pulgadas para poder ver a nuestro equipo de fútbol favorito, o el artículo más insólito que se nos ocurra; este es uno de los principales errores en finanzas personales, someter el Ingreso al servicio del Gasto. ¿Qué quiere decir esto? Que nuestro ingreso será manejado caprichosamente por el gasto, sin ningún tipo de planificación previa.
Como vimos en la publicación anterior, lo primer que debemos hacer cuando recibimos un Ingreso sin importar la frecuencia con la que lo recibimos, es destinar un porcentaje previamente fijado (desde aquí sugerimos 10%) para asignar a Ahorros. Este es el primer hábito a incorporar y uno de los más importantes.
La plata en las manos quema. El primer impulso que uno tiene cuando recibe dinero es ir a gastarlo sin pensar en cómo se va a transitar el resto del mes (en caso que sea un salario mensual, como habitualmente ocurre en Argentina) aunque seguramente sea por medio de la financiación a través de la tarjeta de crédito.
El motivo por el que esto se produce es por la falta de planificación del Gasto. Para ello, un buen presupuesto mensual nos sirve de guía para evitar erogaciones innecesarias. Este presupuesto mensual podemos proyectarlo y obtener el presupuesto anual. De esta forma, podemos tomar noción de los ingresos que vamos a obtener a lo largo del periodo y conocer de antemano todos los gastos, de manera de organizar el flujo de efectivo (es decir el dinero que tenemos en mano) para ir cubriendo esas necesidades de forma planificada. Es posible armar así un fondo especial para los meses en que ya sabemos que nuestro gasto se incrementará (puede ser por fechas festivas, vacaciones, cumpleaños, etc.) y poder cubrir estos descalces sin necesidad de tomar deuda.
Pues bien, previo a realizar el presupuesto, es necesario saber clasificar los tipos de gasto, de manera de no incurrir en una mala presupuestación siguiendo las clasificaciones que enumeraremos a continuación:
Gastos Fijos: gastos que no se pueden eludir, tiene un monto definido y se efectúan con una periodicidad establecida. Ej: alquiler, abono del celular, algunos impuestos, etc.
Gastos Variables: no tienen un monto fijo pero poseen una periodicidad definida. Ej.: factura de luz o gas, etc.
Gastos Inesperados: son aquellos no presupuestados que se originan ante sucesos inesperados. Ej.: arreglos de auto por un accidente.
Gastos Hormiga: son aquellos que representan pequeños montos pero que sumados a lo largo del mes representan una suma importante. Ej.: compras al paso (café, kioskos, etc.).
Gastos Flexibles: son gastos que no podemos evitar pero sí decidir cuándo podemos hacerlos. Ej.: podemos mencionar la adquisición de indumentaria para el trabajo o para uso personal cuando la que tenemos está desgastada.
Gastos Discrecionales: dinero destinado a actividades recreativas. Ej.: salidas al cine, restaurantes, deportes, etc.
Estas 6 clasificaciones pueden agruparse en 3 grandes grupos: Gastos Necesarios, Gastos Deseados y Obligaciones Financieras.
Para comenzar con la clasificación de los gastos, primero es necesario conocer en qué gastamos nuestro dinero. Esto puede realizarse de forma muy simple: realizando un control diario de gastos.
¿Qué significa esto?
Simplemente llevar cuenta de todos los gastos que realizamos a lo largo del día. Esto, para que resulte efectivo, debe realizarse al menos con la periodicidad con la que se produce nuestro ingreso regular. No obstante recomendamos que se realice al menos durante un mes. De esta manera podremos ver en qué hemos gastado nuestro dinero y podremos analizar si alguno de estos gastos puede eliminarse o simplemente reorganizarse para disminuir estos valores.
Someter el Gasto al servicio del Ingreso
La importancia de gastar lo que nos permite nuestro ingreso es fundamental para evitar el endeudamiento y comenzar un hábito de ahorro. Una vez ordenados e identificados los gastos, se puede comenzar a trabajar en distintos sistemas de ahorro y distribución del ingreso.
Pagarse a si mismo primero es un concepto elaborado por Robert Kiyosaki, implica asignar un porcentaje del ingreso a generar un ahorro de forma directa. Por ejemplo, si destinamos un 10%, el mismo debe ser sacado de circulación y guardarlo en un lugar a salvo de cualquier tentación. Esto a su vez nos permitirá formar un fondo que nos permita comenzar a invertir.
Cuando necesitemos o querramos realizar un gasto por encima de las posibilidades que nuestro ingreso permite, deberemos planificar el gasto de forma tal que podamos hacer frente a ese gasto sin excedernos en nuestro ingreso, de esta manera evitamos el endeudamiento "malo".
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