DEUDA: reconocer cuando estamos en problemas

El acceso al endeudamiento nunca ha sido más fácil como en la actualidad. Aprender a reconocer cuándo y para qué conviene endeudarse y cuándo y para qué no, es importante para mantener equilibradas nuestras finanzas. En la siguiente nota desarrollamos algunos conceptos relacionados a la Deuda.



Las benditas tarjetas de crédito. Nos dejan al alcance de nuestra mano todo tipo de compras impulsivas. Ese instrumento musical, esa prenda de ropa de marca destacada, esa bebida importada y un sinfín de artículos que no tenemos presupuestado o planificado adquirir. ¿Pero cómo evitarlo? Ese límite que parece infinito nos abre las puertas a todo tipo de compras insospechadas.

Pero como han leído en nuestra nota anterior sobre Tarjetas de Crédito (y si aún no lo hicieron, los invitamos a hacerlo), generar operaciones fuera de presupuesto con nuestra tarjeta de crédito puede contener un alto índice de peligrosidad de tornarse impagable.

No obstante, antes de avanzar sobre la deuda en tarjeta de crédito, vamos a ir al principio de la cuestión. Según se desprende de nuestro encabezado, habrían algunas ocasiones en donde endeudarse no sería malo. ¿Cómo podemos determinar esto? Muy simple, lo veremos a continuación.

Tenemos 2 tipos de deuda que podemos contraer:

Deuda Buena y Deuda Mala.

Cómo podemos saber cuándo una deuda es buena y cuándo es mala. La deuda en si misma no nos dará ninguna información, salvo lo relativo al costo del préstamo. Podremos saber si un préstamo es caro o barato en comparación al mercado financiero, es decir a las tasas de interés que manejan otros bancos o financieras. 

Y si bien, la tasa de interés es muy importante para determinar la calidad de la deuda ya que también afectará el plazo de devolución y la cuota a abonar, mucho más importante es saber en qué se están aplicando los fondos obtenidos por medio del préstamo.

Si tenemos entre manos un emprendimiento o un proyecto en el cual queramos invertir y necesitamos un capital que no tenemos, el endeudamiento podría ser una buena opción. El primer paso será evaluar el flujo de fondos que obtendremos con nuestro proyecto o emprendimiento. La situación ideal es que este flujo de fondos nos permita cubrir en su totalidad la cuota del préstamo, para que el dinero para cubrir la cuota no salga de nuestra fuente habitual de ingresos. Cuanto más alto sea el flujo de ingresos y afecte en la menor medida posible su valor por el pago de la cuota, más favorable será para nosotros, ya que luego de liquidar la cuota del mes, nos quedaremos con una ganancia. Este es un claro ejemplo de lo que conocemos como Deuda Buena. El dinero para pagar la cuota no sale de nuestro bolsillo, el proyecto se financia por medio de sus flujos de efectivo.

Se imaginarán que el caso contrario, estaremos hablando de Deuda Mala. Esto es, cuando el endeudamiento se utilice para la compra de bienes de consumo o servicios de cualquier tipo que no nos generen ningún rédito económico, el pago de la cuota deberá salir indefectiblemente de nuestro bolsillo. Es decir, nuestra compra no generará ningún flujo de efectivo que nos permita abonar la cuota. Asimismo, la compra de objetos que nos generan nuevos gastos quedan categorizados como deuda mala. Ejemplo: la adquisición de un auto nos genera gastos relacionados de patentes, seguros, mantenimiento, etc.

No hay un instrumento que sea generadora automática de Deuda Mala ni de Deuda Buena. Cualquier instrumento que utilicemos para endeudarnos nos estaría generando alguno de los dos tipos de deuda. A pesar de ello, sí podemos decir que el generador de deuda mala más habitual que tenemos es la Tarjeta de Crédito. Y esto se debe a que mayormente se utiliza para la compra de objetivos suntuarios, o que no son necesarios para nuestro día a día. Lo peor, es que no se planifican ya que suelen ser impulsivos.

Para lograr un buen control de nuestra deuda, es necesario hacer una evaluación de nuestras finanzas previo a la obtención del préstamo. Necesitamos saber si nuestro ingreso, luego de deducir nuestros ahorros y gastos necesarios, nos permite hacer frente a la cuota en el plazo necesario. Por otro lado, tenemos el caso inverso, generar un fondo de ahorro con inversiones estableciendo una fecha límite, para hacer frente al gasto en una fecha futura. Aquí es importante diferenciar lo siguiente:

La deuda nos permite hacer frente hoy a un gasto que pagaremos en el futuro.
La planificación nos permitirá generar un fondo que nos permita pagar el bien en el futuro, evitando endeudarnos todo lo que sea posible.

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