El seguro, una herramienta financiera

Un tema bastante controvertido en una sociedad donde conviven una muy pobre educación financiera y una casi inexistente cultura aseguradora. En Argentina la mayoría de las personas ven al seguro como un gasto buscando pagar lo menos posible, y no como lo que verdaderamente es: un instrumento financiero. En consecuencia, cuando llegan los problemas se encuentran con una atención pobre o respuestas del estilo “esa situación no está cubierta”, alimentando la creencia de que el seguro no sirve, que es una estafa, o similar.

Más allá del ejemplo, esta situación puede cambiar completamente si entendemos al seguro como una herramienta, teniendo bien claro para qué nos sirve y cómo puede beneficiar a nuestras finanzas.

El primer paso es tomar consciencia.
Siendo realistas, tanto nuestra vida como la de nuestros familiares y personas que dependen económicamente de nosotros, se encuentran en una constante exposición a distintos tipos de riesgos. Esta consideración que a simple vista se ve muy importante suele ser postergada.

Muchos de esos riesgos tienen un impacto económico que, de acuerdo a su intensidad, pueden llegar a afectar nuestras finanzas de forma irreversible. Por enumerar algunos nos encontramos con: accidentes, robos, situaciones de desempleo, una enfermedad grave, la muerte o incapacidad de un miembro clave para el sostén de la familia. Estos ejemplos son situaciones más habituales de lo que parecen, y sin embargo muchos elegimos pensar “esas cosas le pasan a otros”, “ojalá a mi no me pase” o “si a mi me pasa no sabría qué hacer”.


¿Para qué nos sirve contratar un seguro?
Un día, de la noche a la mañana, podemos encontrarnos en una situación donde por un evento que pudimos haber previsto, tenemos que hacer un desembolso de dinero mayor a lo que vamos a ganar en toda la vida o, algo más común, dejamos de percibir un ingreso mensual al que nuestro nivel de vida está acostumbrado. En lugar de actuar reactivamente  y sentir frustración ante estas situaciones, podemos anticiparnos preguntándonos lo siguiente:

1.     ¿A qué riesgos estamos expuestos?
2.     ¿Cómo pueden afectarnos económicamente?

Una vez que tenemos las respuestas a estos interrogantes, podremos decidir si:

  1. Nos exponemos a esos riesgos y eventualmente nos preparamos para tolerar sus consecuencias,
  2. Tomamos acciones preventivas para evitar su ocurrencia, 
  3. Elegimos una vía que nos anticipe a su ocurrencia y aminore sus efectos sobre nuestro bolsillo


En este último punto el seguro es la herramienta financiera más indicada. Dependiendo el tipo de cobertura podremos:
  • Mantener resguardados nuestros activos (Ej.: seguros patrimoniales sobre autos u hogar),
  • Conservar un cierto nivel de ingresos, y cubrirnos ante el peligro de dejar de percibirlos (Ej.: seguros de vida, seguro de desempleo),
  • Evitar incurrir en erogaciones que no estamos ni estaremos preparados para soportar si no hemos sido previsores (Ej: seguros de responsabilidad civil).

Teniendo bien en claro estos interrogantes, con buen criterio podremos decidir qué acciones tomar.


El efecto en nuestras finanzas
En nuestro presupuesto mensual incorporamos una pequeña erogación bajo el concepto de "Seguros", un monto fácil de incluir en nuestra previsión de ingresos y egresos. Gracias a ello obtenemos un instrumento que ante un siniestro, es decir la manifestación de un riesgo cubierto, protege nuestro patrimonio ya que reemplazamos una gran erogación no esperada por una prima, en comparación pequeña, que nosotros controlamos, podemos presupuestar y así mantener nuestras finanzas bajo control en lugar de dejar cuestiones libradas al azar.

Comentarios